El tal Pons (me resisto a tenerle ningún respeto, puesto que el respeto se tiene pero se puede perder y este tipo, para mí, lo ha perdido completamente) decide que, como han trincado a una correligionaria con supuestos líos de drogas y blanqueo de dinero pues que la redada estaba prevista para tapar la comparecencia parlamentaria del presidente sobre el caos aéreo y etc.
Cuando la Guardia Civil (cómo quieren a la benemérita algunos corruptos peperos) emite un comunicado en el que se relata cómo hace más de un mes la juez fue quien decretó el día de la operación, el tipo hoza en su propia estulticia, insiste y rebajándose a la estatura de un pigmeo democrático retoma la expresión: “¡Qué casualidad!”
La casualidad no es forma de hacer política
Si todo el mundo hiciera la política a la que está acostumbrado el tipo este, la degradación de la verdad alcanzaría cotas insoportables para un buen demócrata. Claro, como el PP Gürtel se ha instalado, desde el estallido del caso, en la ignominia y en la falsedad continua, parece no afectarles a ellos. La falsedad del argumento conlleva la falsedad ideológica, por ello en este momento el PP Gürtel sólo se sustenta en la crisis económica y en la falsedad de la crítica a la gestión gubernamental, siendo indiferente el que se humille a Policía, Jueces, Fiscales Anticorrupción (esos que ellos denigran tanto y acusan de estar politizados. Ni que Gürtel fuera un invento del Sr. Antonio Salinas, puesto por Aznar), Guardia Civil, etc. El argumento del PP Gürtel de Rajoy es: difama, miente, acusa torticeramente y sin pruebas, escupe bilis por la boca que algún medio ultra te comprara el improperio. Vamos, que el método nazi de propaganda está extendiéndose por la piel de toro.
Sus propias casualidades
Si imitamos la política de este valenciano, que quiere ser gracioso y queda en seco, simple, soso, triste y ñoño, podríamos sugerir casualidades, azares y acasos de la vida aún sin resolver.
Qué casualidad que según Correa fuera usted amigo suyo y resolviese los problemas urbanísticos de tramas ilegales. Qué casualidad que usted aún no haya disipado dudas al respecto, seguramente. Qué casualidad que a lo mejor es que no puede resolverlas. Estamos a la espera chaval, de la aclaración de la famosa alocución de Correa sobre “el hijo puta de Esteban Pons”. ¿Era amistosa, descriptiva o simplemente verificativa?
Algunas casualidades sangrantes y peperas
Qué casualidad, el señor Aznar tampoco ha dicho nada sobre la organización de la boda de su hija. ¿Quién habrá pagado la factura del Ayuntamiento de Madrid? Si quieren les echamos la cuenta con la carta que todos hemos leído y las órdenes de sube y baja camiones y vallas, y personal y horas. Dónde le mandamos la factura, ¿Sr. Aznar? ¿A Génova o a Montealina? ¿O a Londres? ¿Quién paga los gastos del Ayuntamiento de Madrid? ¿Y el Tribunal de Cuentas dónde está para que alguien pague este agujero de dinero público que dejaron en el Ayuntamiento de Madrid? El Sr. Gallardón lo recibirá encantado.
Qué casualidad que Aznar, ese gran imperator, pidiera humildemente a Correa que se hiciese cargo de su amigo, Antonio Cámara, y le diera trabajo (tantos años fiel y leal al Duce Monclovita). Qué casualidad que nada menos que 90.000 euros figuran a su nombre en el sumario Gürtel, en la contabilidad B de Correa. Uno podría pensar: “Qué casualidad, fueron Correa y Cámara, uno desde lo privado otro desde lo público, los que coordinaron y organizaron la boda imperial escurialense y terminan cobrándose o pagándose favores. ¡Qué casualidad, se puede pensar que a lo mejor, algo se llevo el Correa de dicho evento especial (en inglés, Special Events). Aún recuerdo alguna llamada del Jefe del Mundo con acento texano a Correa, y algún comentario de su amantísima esposa sobre los favores que debía el Tarzán de FAES.
Otra gran casualidad, la FEMP, presidida por Rita, otorgó a dedo (cómo les gusta la contratación digital a los peperos Gürtel), más de un millón de euros en actos de la FEMP. Qué casualidad que la trama le regalase después un bolso de esos que uno cree que sólo salen en las películas. Yo sólo digo: ¡Qué casualidad! Y eso que no quiero ser exhaustivo y traer a colación los cientos de regalos entregados por la trama a cientos de funcionarios públicos, que sería (qué casualidad) algo cercano a la prevaricación.
Aguirre “contrató” o fichó a Alberto López Viejo, y qué casualidad que éste se portó muy malamente. Amañaba presuntamente contratos, fraccionaba en beneficio de la trama pagos para disimular, parece ser que se llevaría un dinerillo, comisión o trinque por las molestias. Se encargaba, sin que se dijera en ningún decreto, de todos lo actos de la presidenta. Correa expresó su disgusto por la deuda que acumulaba la Comunidad de Madrid con él, más de dos millones de euros en 2007, y qué casualidad, la señorita pepisAguirre, liberal de toda la vida, artista del escapismo y transfuguismo, repito, qué casualidad, no se enteraba, no se quería enterar de nada. Mira, qué casualidad, pero oiga, nada de nada. Ni siquiera de las negociaciones de su querido Salvador Victoria Bolívar, viceconsejero y Secretario General del Consejo de Gobierno con Pablo Crespo (número dos de la trama) sobre unas deudas con la sociedad Special Events, allá por el año 2006. Ni siquiera, qué casualidad, no quería recordar que conocía perfectamente a Isabel Jordán (la negó y mintió sin pestañear, qué gran diva se perdió el show bussines) testaferro de Correa y ayuda de cámara de Aguirre para los actos públicos.
Terminando. Qué casualidad, que siendo Amiguitos del Alma, con tantas cosas y secretos que compartir, con esas mañanas que pasaba El Bigotes en la Farmacia, especialmente en la rebotica, con ese tono insinuante y dicharachero, digo, qué casualidad, que El Bigotes conociera un Pliego de Prescripciones un mes antes de hacerse público, y qué casualidad, que El Bigotes se lleva el concurso de muchos millones de euros y qué casualidad, una parte de esos millones revierten presuntamente en Camps, una parte vía trajes y otra parte vía regalos para toda la familia, incluida la mujer de Camps. ¿Por qué le regalaba El Bigotes cosas caras a la familia del Molt Honorable? “Claro que me pago mis trajes”. Y encima debería demandarle UNICEF porque todos los niños de Valencia se han enterado que los Reyes eran El Bigotes, Molt Honorable. Regalos, trajes, que en cualquier país democrático del mundo se sabe a qué son debidos y qué casualidad, que sólo aquí por arte de birlibirloque del PP Gürtel serían dádivas debidas a la labor casi divina del Gran Tío Paco, y que se le deberían hacer presentes votivos más caros y más numerosos.
En definitiva, las verdaderas casualidades y paradojas son las que se dan con toda esta gentuza, que encima quieren hacernos ver que es el resto de sociedad la mala y perniciosa, y que ellos, pobrecitos, tienen una campaña mediática en contra.
Dios salve a la Casualidad.
José Luis Peñas es el denunciante del caso Gürtel, ex concejal del PP en Majadahonda y abogado
JOSÉ LUIS PEÑAS
17/12/2010
La Pura Verdad
Casualidades Gürtel