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Desde que estalló el caso Gürtel, el presidente del PP, Mariano Rajoy, ha intentado desvincular a su formación de la trama y la ha presentado como un grupo que se limitaba a "poner trasteras" y que, si acaso, quería aprovecharse de la formación.
Pero más allá de las declaraciones, el líder del PP protegió en el pasado al grupo (al no denunciar irregularidades que dijo haber conocido antes de la investigación judicial), promovió a sus principales contactos políticos en la cúpula de la formación y ha evitado investigar las evidencias de delito electoral en el sumario.
La cúpula popular no llevó a Fiscalía las irregularidades cuando las detectó
Pese a que Rajoy ha afirmado que ni siquiera tiene claro que conozca a Correa y a su gente, debía de saber de sus métodos como mínimo desde 1999. En aquel año fue defenestrado del PP gallego el que había sido su todopoderoso secretario de Organización, Pablo Crespo, cuyas actividades irregulares conocía supuestamente el entonces secretario general en Galicia, Jesús Palmou, muy próximo a Rajoy, según han explicado varios dirigentes conservadores.
Crespo se incorporó entonces al núcleo de la trama en Madrid, que ya había asumido la campaña electoral para las generales de 1996, dirigida precisamente por Rajoy, que volvió a organizar la de 2000 (también dirigida por Rajoy) y de nuevo la de 2004, en la que el candidato ya fue el propio Rajoy y el interlocutor de la trama, Crespo. Fue después de estos comicios cuando, según el relato del hoy presidente del PP, les echó de Génova. Entre otras razones, porque iban "sobre todopor algunos municipios del noroeste de Madrid utilizando el nombre de la dirección del partido".
El pelotazo de Arganda
En 2008, Rajoy se alió con Camps y promovió a Merino y Bárcenas
Entre las operaciones de las que supuestamente llegó a tener conocimiento está el pelotazo de Arganda, según fuentes conocedoras de las conversaciones que mantuvo, a las que también asistió supuestamente Esperanza Aguirre. Pero el pelotazo se acabó materializando (en un municipio controlado por el PP) y la trama se embolsó 12,8 millones.
Pese a la gravedad de los hechos que le llevaron a tomar la decisión de expulsarles de Génova, Rajoy nunca acudió a la Fiscalía Anticorrupción. Ni siquiera advirtió a su líder en Madrid, Esperanza Aguirre, ni en el País Valencià, Francisco Camps, cuyas administraciones empezaron a contratar en masa a la trama y en casi todas las consejerías.
Cuando el caso estalló, en febrero de 2009, la estrategia judicial que Rajoy ordenó hubiera sido, de prosperar, muy beneficiosa para la trama: el PP presentó hasta 15 querellas, denuncias o quejas contra Baltasar Garzón.
Antes, y pese a que era notorio que Camps había acogido al grupo supuestamente expulsado por Rajoy de Génova, el líder del PP cimentó su permanencia al frente del partido tras su derrota de 2008 precisamente en su alianza con el líder valenciano. Y aun cuando el propio Camps fue imputado, nunca le ha exigido públicamente la renuncia. Ni a él ni a su equipo, con la excepción de Ricardo Costa, ya rehabilitado en el PP. Ni siquiera ahora, cuando el juicio por cohecho impropio parece inminente.
Más que comisionistas
Rajoy también promocionó a los principales contactos que la trama tenía en Génova. Según el sumario, son muchos los políticos del PP que trabajaron con la Gürtel, pero un informe de la Policía conocido en diciembre distingue a cuatro por encima de los demás: Luis Bárcenas, Jesús Merino, Jesús Sepúlveda y Gerardo Galeote, que no está formalmente imputado.
Según el informe, los cuatro llegaron a asociarse a la trama a través de Spinaker 2000: "El objetivo no era sólo obtener un beneficio vía comisión por las gestiones realizadas para la adjudicación de los proyectos, sino participar también en el propio proyecto económico", concluyó la Policía.
Bárcenas fue promocionado a tesorero del PP por el propio Rajoy en 2008 y el partido costeó durante más de un año su defensa en el caso, Merino fue aupado como portavoz adjunto del PP en el Congreso también en 2008, Sepúlveda fue repescado por el líder como asesor tras dimitir como alcalde de Pozuelo al estallar el escándalo y a Galeote le contrató como asesor para Europa cuando en 2009 renunció a repetir como eurodiputado tras verse relacionado con el caso.
FRANCISCO CAMPS
El Gobierno valenciano adjudicó a la trama contratos por más de ocho millones desde 2005. La red llevaba también campañas del partido. Rajoy se mantuvo en 2008 al frente del PP gracias en parte a su pacto con Camps. Pese a su imputación y la inminencia del juicio, no le pide que renuncie.
LUIS BÁRCENAS
Supuestamente, recibió 1,3 millones en comisiones. Gestiona cuentas en Suiza y se asoció supuestamente a la ‘Gürtel’ a través de Spinaker 2000. Rajoy le ascendió a tesorero en 2008 y el partido le costeó un año la defensa hasta que dejó el acta de senador y el puesto de tesorero, en abril de 2010.
JESÚS MERINO
Entre 2002 y 2008, sus empresas ingresaron ocho millones de euros por asesorías. Varias proceden de empresas que han pagado a la ‘Gürtel’. Rajoy lo aupó a la portavocía adjunta del Grupo del PP en el Congreso en 2008, puesto que dejó en 2009, tras el escándalo. Dejó el escaño en 2010.
JESÚS SEPÚLVEDA
Según el sumario, recibía comisiones de la trama, pero también un sueldo y regalos como coches de lujo y viajes, que en alguna ocasión hizo con su entonces esposa, Ana Mato, dirigente del PP de la que se separó. Desde que en 2009 dimitió como alcalde de Pozuelo, su sueldo lo paga el PP.
GERARDO GALEOTE
Consta como receptor de comisiones, pero al ser supuestamente la última de 2003 ya no está imputado porque el delito estaría prescrito. Hacienda sigue investigándole y supuestamente se asoció a la trama en Spinaker. En 2009 renunció a las listas para la Eurocámara y Rajoy le contrató como asesor.