Según el sumario judicial abierto sobre las actividades del Ministro de Fomento, José Blanco –envidiable exclusiva de El Mundo–, el empresario José Antonio Orozco, Vicepresidente de la empresa de transportes Azkar recurrió a la intercesión del Ministro para que el alcalde de Sant Boi de Llobregat concediera la licencia de obra de una nave en el territorio municipal. Se sospecha, aunque tampoco está probado, que la intercesión comportó alguna abultada atención económica por parte de Azkar hacia José Blanco.
Cuando todo este lío se aclare judicialmente, se sabrá si el dinero engrasó o no engrasó el aparato administrativo para que tomara una decisión rápida, que no una decisión injusta o ilegal. Y seguramente ahí está el problema de fondo: cualquier relación con la administración pública de cualquier nivel debe ser engrasada con dinero o con enchufe.
Algunos favores son nimios, como adelantar la consulta con un especialista, acelerar los trámites de un entierro, o que aprueben a un mal estudiante, pero otros son de un valor económico multimillonario. El Alcalde Sant Boi, el socialista Jaume Bosch, asegura que se cumplieron todos los trámites legales, pero este no es un asunto de respeto a la ley, sino de la inusitada velocidad con que se ha cumplido.
En todas partes hay corrutos, pero hay favores que se pagan con un jamón de cerdo blanco y otros con una partida de millones, sobre todo los referidos al urbanismo, pero no solo esos: contratos, concesiones, licencias, etc. La Administración es excesivamente poderosa, también en lo económico, y hay políticos/funcionarios que, sabedores de lo efímero de su puesto, dedican una parte de ese poder económico en provecho de su cartera.
Insisto: en muchos casos el objetivo del corruptor no es conseguir una decisión ilegal o que perjudique a terceros, sino una decisión rápida. Es fácil imaginarse a un empresario, como el vicepresidente de Azkar, que se ve pillado entre el dinero que ha pagado por un solar y la pereza del Ayuntamiento de Sant Boi que le anuncia tardará meses en conceder la licencia…
Los empresarios y la gente en general debe ser honrada, pero no estoy seguro que se les pueda exigir heroismo.