No se puede tener menos vergüenza. No menos que la que tiene la Trotona de Pontevedra, vulgo don Mariano Rajoy según como lo conocen en su pueblo. Ni tampoco menos vergüenza ni cara dura que la que tienen José Antonio (Griñán) y Diego Valderas, adalides de un supuesto oasis progresista en el sur donde se largan al paro a cerca de cinco mil profesores interinos.
Ésa es su apuesta por la calidad: alumnos que recibieron clase todo un año con un profesor, suspendieron y en septiembre les tiene que examinar profesores que no saben ni cómo se llaman, ni lo que se ha dado ni nada. Ah, bueno, es verdad, para eso inventaron hace unos años el Plan mal llamado "de Calidad", consistente en etiquetar, registrar y apuntar en muchos papeles todo lo que hace un profesor. El problema es que el trabajo emocional que se hace con los alumnos no puede registrarse. Luego salen diciendo que a ellos les importa mucho todo eso de la educación y lo público y tal. Claro que les interesa, por eso pagan 120.000 euritos al director de la Televisión Pública Andaluza.
En este país nos dirigen políticos con la cara más dura que un moai de Isla de Pascua, pero no todos son iguales. La Trotona es de rostro estupefacto, no tiene vergüenza en asentir que, efectivamente, está haciendo todo lo que dijo que no iba a hacer, pero que "la realidad" le ha podido. ¡Oh! ¡la realidad! Mañana pueden ustedes llegar y decirle a su pareja que cuando se comprometieron no pensaban putearles, pero "la realidad" les cambió. Oiga, usted fue elegido por sus votantes para cambiar la realidad de este país, porque sus votantes creyeron que sus palabras (no sus métodos porque nunca dijo cómo lo iba a hacer) podrían evitar el naufragio.
En vez de eso, usted, que no es ningún lumbreras, acepta de lleno el Dogma de la Doctrina de Shock. No sé si le sonará pero hubo un señor llamado Adolf que en la Alemania de la que era dictador decía: "Los polacos son perezosos y hay que amedrentarlos para hacerles trabajar. Hay que mantener un nivel de vida muy bajo en Polonia e impedir que se eleve…". Como bien dice mi amigo Ricardo, cambie usted Polonia por España y ya le tiene hecho el juego a Hitl… perdón, a Merkel.
La Trotona
No tienen vergüenza en permitir que sus diputados , ministros y delegados de gobierno digan que es difícil llegar a final de mes cobrando 5.000 euros,
No tienen vergüenza en dejar que un delegado suyo del gobierno en Melilla afirme que la campaña para evitar que diputados con casa (a veces hasta cinco como Elvira Rodríguez) cobren 1.800 euros al mes de complemento de residencia, que esa campaña es "antisistema".
No tienen vergüenza los jefes de oposición que se limitan a hacer juegos de palabras y poco más, como si las ocurrencias ingeniosas nos fueran a salvar.
No tienen vergüenza los que se sirven de shows en supermercados y palacetes para justificar que los especuladores llamados "mercados" jueguen con los intereses de nuestra deuda.
No tienen vergüenza La Trotona dejando que miembros de su gobierno digan que un parado que cobra 400€ no quiere trabajo porque con eso paga alquiler/hipoteca, y una luz, una gasolina y una comida que ustedes han puesto cada vez más cara. Después de todo un verano con subidas enormes de la gasolina, su chuloministro Soria (aquel del "cohete y la pluma" y de "hagan turismo por España que fuera hay mosquitos") dice que lo mismo hay que investigar a las petroleras.
No tienen vergüenza ustedes vergüenza ninguna cuando permiten que salga Wert a reírse y mofarse de aquellos alumnos que no podrán seguir sus estudios porque no habrá becas para ellos.
No tienen vergüenza cuando llaman "entretenimiento" a la cultura y se quedan tan panchos cuando suben el IVA acabando con uno de los grandes logros del siglo XX: el acceso factible a las diferentes formas de expresión cultural. Se cargan ustedes no a los cineastas ni músicos ni escritores que ya viven de su producción, algunos de ellos financiados por las grandes productoras, discográficas y editoriales. No, ustedes se cargan con eso a todos los que aspiran a ser algo alguna vez.
No tienen vergüenza en dejar caer que las subvenciones iban para esos "de la ceja" y "aprovechados", cuando a estos los financian los grandes premios-estafa en los que siempre ganan los mismos. A ustedes no les gustan los emprendedores, ni los inteligentes, ni los creativos, ni los trabajadores, ni nadie que les quite parte del pastel a ustedes o a sus amigos en el Santander, en la CEOE, en Repsol, en Gas Natural, en Endesa o en cualquiera de las grandes empresas y corporaciones en las que se han colocado ex-ministros y ex-presidentes y donde ustedes aspiran a colocarse.
No tienen vergüenza en dejar que nos asfixien, en tomar medidas que hacen decrecer el consumo y retroceder el PIB pero, aún así, insistir en que es lo que hay que hacer. Nos toman por números, por votos, por papeletas, se olvidan de que somos personas. Siguen sosteniendo su casta, su oligarquía. Y se ríen de nosotros.
‘Feeling Good’, Any