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| Sólo el egoísmo tiene patria. ¡La fraternidad no la tiene! (A. de la Lamartine)
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El 'caso Majadahonda'
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| De cómo se produce la crisis que lleva al cambio de alcalde
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| El mes de diciembre de 2004 empezó movido en Majadahonda. Los rumores de dimisión del entonces alcalde, Guillermo Ortega, eran permanentes y cada vez más insistentes. El delfín del todopoderoso Ricardo Romero de Tejada, que lo había designado su sucesor, quería nadar solo y, al parecer, eso no convencía a sus supervisores.Su gestión, además, estaba bajo sospecha. La adjudicación de una parcela -cuya nomenclatura técnica es RN-1- era el telón de fondo de toda la crisis. El terreno había sido vendido años atrás a la empresa pública Patrimonio Municipal de Majadahonda (Pammasa) por poco más de siete millones de euros, y el nuevo equipo de Gobierno de Ortega, con José Luis Peñas y Juan José Moreno como hombres fuertes, decidió recuperarla -retirársela a Pammasa- y sacarla a concurso. Fijaron el precio en 48 millones de euros, y el vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, en su calidad de consejero de Presidencia, le dio el visto bueno cuando recibió los informes de los servicios técnicos. Eso sí, era un precio tasado, cerrado. Días antes de celebrar el pleno del mes de diciembre, en el que precisamente estaba previsto adjudicar este y otro terreno, empezaron a producirse situaciones extrañas en el proceso de análisis de las ofertas recibidas.El arquitecto municipal, Pedro Sánchez, realiza una primera valoración y, una semana más tarde, la modifica alegando que determinadas ofertas no se ajustaban al pliego de condiciones. Con las primeras valoraciones, la ganadora del concurso era Proinsa. Con las segundas, Afar-4. Esta última ha sido una de las sociedades que más concursos públicos ha ganado en el municipio. En Afar-4 trabajó como arquitecto Ignacio Sánchez Junco tras dejar su puesto de concejal de Urbanismo en Majadahonda, cargo que ocupó cuando el alcalde era Romero de Tejada. Sánchez Junco tiene, además, una relación societaria con el actual regidor, Narciso de Foxá. Los conflictos internos en el PP de Majadahonda por la adjudicación de esta parcela eran cada vez mayores. Hubo reuniones al máximo nivel, intervino la dirección del partido en Madrid y el conflicto se resolvió con la dimisión, el 3 de febrero de 2005, de Guillermo Ortega. Entonces se explicó que sus motivos de salud, su corazón delicado, le impedían seguir al frente del Gobierno. Lo sustituyó en el cargo Narciso de Foxá, concejal de Urbanismo y presidente de Pammasa.A partir de entonces se conocieron grabaciones de conversaciones en las que De Foxá le decía a Ortega que lo de las parcelas «no iba» porque la presidenta [Esperanza Aguirre] lo había dicho.Ambos lo negaron en una rueda de prensa. La paz, aparentemente, había llegado al municipio, con Narciso de Foxá como alcalde y Guillermo Ortega recolocado por la Comunidad, con un sueldo de 14 millones anuales, en el Mercado Puerta de Toledo. Los dos concejales que apoyaron en todo momento a Ortega fueron apartados de sus funciones y el PP de Majadahonda quedó en manos de una gestora dirigida por la ex ministra Elvira Rodríguez. El concurso de la parcela, finalmente, se declaró desierto. De Foxá consideraba su precio muy bajo. Habrá nuevo concurso.
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